San Pedro de Macorís: Hay veces que nos puede resultar hasta normal ver a gente en la calle tirada en el suelo, pidiendo dinero, pasando hambre o por un problema mental. Pasamos a su lado como si formaran parte del decorado de esa calle y como si esa historia no fuera nuestra.
Las circunstancias y motivos por los cuales esa persona ha llegado a esa situación, probablemente sean diversos y estamos de acuerdo que por muy mal que las cosas vayan, uno siempre es responsable de cómo actúa y lo que hace con su vida.
Pero no olvidemos que todos somos iguales, somos seres humanos y debemos apoyarnos y ayudarnos en los momentos difíciles. No hay que tener miedo. Cuál es la diferencia entre de ese desconocido y un familiar o hijo nuestro? Qué más da la raza, cultura, país o condición social.
No podemos acostumbrarnos a no hacer nada . El no hacer nada no es la actitud. Tampoco significa que tengamos que sentirnos culpables, ni mucho menos, o renunciar a nuestro bienestar. Tan solo aportar, ayudar, actuar y mejorar.
Un plato de comida a un hambriento, una sonrisa a un hombre solo, una mano para tenderla y levantar al que está caído. SI se coge o no esa mano, se acepta o no esa ayuda, si se hace o no buen uso de ese dinero, ya no es nuestra responsabilidad. Pero hemos ofrecido parte de nosotros, hemos intentando de corazón ayudar y hemos actuado en consecuencia y eso siempre, siempre es positivo.
No nos hagamos indiferentes al dolor de los demás, sea un vecino o sea un ser humano a miles de km.
Construyamos un mundo mejor. Es posible y es nuestra responsabilidad. En cada momento tenemos la oportunidad.
San Pedro de Macorís: Hay veces que nos puede resultar hasta normal ver a gente en la calle tirada en el suelo, pidiendo dinero, pasando hambre o por un problema mental. Pasamos a su lado como si formaran parte del decorado de esa calle y como si esa historia no fuera nuestra.
Las circunstancias y motivos por los cuales esa persona ha llegado a esa situación, probablemente sean diversos y estamos de acuerdo que por muy mal que las cosas vayan, uno siempre es responsable de cómo actúa y lo que hace con su vida.
Pero no olvidemos que todos somos iguales, somos seres humanos y debemos apoyarnos y ayudarnos en los momentos difíciles. No hay que tener miedo. Cuál es la diferencia entre de ese desconocido y un familiar o hijo nuestro? Qué más da la raza, cultura, país o condición social.
No podemos acostumbrarnos a no hacer nada . El no hacer nada no es la actitud. Tampoco significa que tengamos que sentirnos culpables, ni mucho menos, o renunciar a nuestro bienestar. Tan solo aportar, ayudar, actuar y mejorar.
Un plato de comida a un hambriento, una sonrisa a un hombre solo, una mano para tenderla y levantar al que está caído. SI se coge o no esa mano, se acepta o no esa ayuda, si se hace o no buen uso de ese dinero, ya no es nuestra responsabilidad. Pero hemos ofrecido parte de nosotros, hemos intentando de corazón ayudar y hemos actuado en consecuencia y eso siempre, siempre es positivo.
No nos hagamos indiferentes al dolor de los demás, sea un vecino o sea un ser humano a miles de km.
Construyamos un mundo mejor. Es posible y es nuestra responsabilidad. En cada momento tenemos la oportunidad.
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