Sabemos por qué compramos?

San Pedro de Macorís: Nos hemos dado cuenta la cantidad de mensajes, comerciales y publicidad que nos rodea en cada instante? Es que no damos un paso en la calle o abrimos una revista o ponemos la televisión y radio, que ahí están constantemente. La emoción conduce a la acción y esto lo saben muy bien los expertos del marketing y todos aquellos que se dedican a la publicidad. Cómo nos motivan entonces a comprar y gastar nuestro dinero en artículos de no primera necesidad?, en productos más prescindibles e incluso muchas veces no necesarios?. Un caro perfume, un cosmético que se supone rejuvenece 20 años o un nuevo coche último modelo?. Muy fácil, presentando a esas maravillosas mujeres y hombres radiantes, elegantes, con éxito y prestigio social, que se miren por donde se miren, son perfectos. Y como no, haciéndote sentir a ti, como esos protagonistas de anuncio, los más atractivos y maravillosos. Provocando y moviendo en ti, algo más que un simple motivo lógico y real o racional. Y uno se deja llevar y con gran pasión y rapidez y sin reflexionar demasiado, zas, ya lo has comprado!!. Ejemplo claro es la cantidad de gente que espera y hace fila y gasta su dinero en boletas de lotería. Les puedo asegurar que es mucho más probable que uno se haga millonario trabajando, que comprando lotería, mucho más probable y sin embargo es esa ilusión, esa emoción de que me toque y todos esos sueños que ya veo en mi cabeza cumplidos, lo que me impulsa a gastar mi dinero y hacer fila en las bancas. La emoción señores lleva a la acción, siempre. Porque fríamente, con la cabeza encima de los hombros y la realidad de frente, uno se pregunta; y yo para qué necesito todo esto y pagar este dinero? Ni es bueno, ni es malo, mientras uno disfrute del momento, de esa emoción y no se desilusione cuando compruebe que no llega lo tan esperado; ni esas arrugas se van, ni me toca ese premio, ni soy el más atractivo al conducir ese coche. Solamente hay que ser conscientes de que es así, funcionamos así y que seamos nosotros quienes controlemos en todo momento lo que hacemos, no los de fuera. Tenemos un ejemplo muy claro y que a todos nos ha pasado y nos seguirá pasando. Cuando nos enamoramos, es que no hacemos “locuras”?. Ese motor, ese impulso, esa emoción interna que nos envuelve, uno no controla demasiado, ni sabe exactamente y ni se lo plantea, pero y qué?. Que viva el amor, eso siempre, siempre es bueno y muy recomendable y además dicen que rejuvenece, así que eso que ahorramos en cremas!

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